Patrimonio arquitectónico venezolano: valoración, conservación y destrucción

El Colegio de Arquitectos de Venezuela comparte la preocupación por el patrimonio edificado en la obra proyectada por los colegas en el país, por lo que extiende el presente comunicado:

El acuerdo común que el patrimonio arquitectónico venezolano constituye un legado cultural que recibimos del pasado, que vivimos en el presente y que debemos proteger para que se perpetúe en el futuro. Forman parte de nuestra memoria, son baluartes de la venezolanidad y son valores que identifican nuestra cultura y desarrollo en el devenir de nuestra nación.

Según la UNESCO, “el patrimonio cultural es un conjunto determinado de bienes tangibles, intangibles y naturales que forman parte de prácticas sociales, a los que se les atribuyen valores a ser transmitidos, y luego resignificados, de una época a otra, o de una generación a las siguientes.” Es por ello que las obras de arquitectura de valía, forman decididamente, parte fundamental del patrimonio cultural tangible del país. Hecho innegable.

Por ello, desde el Colegio de Arquitectos de Venezuela (CAV), reconocemos las acciones de arquitectos insignes, que han llevado adelante edificaciones y demás obras de calidad excepcional distribuidas en el territorio nacional. Estas obras constituyen nuestro legado, muestras de talento profesional, de esfuerzo sostenido, de responsabilidad profesional apegada a la calidad, de compromiso y vocación de servicio de colegas con el país y su esfuerzo por contribuir a elevar la calidad de vida de nosotros. Son numerosas las obras de arquitectura reconocidas a nivel internacional, nacional y/o local, realidad que las hace merecedoras de respeto y de esfuerzos en su conservación integral.

Por lo expuesto, desde el CAV expresamos nuestra preocupación por las muestras evidentes de deterioro y hasta de demoliciones de obras de arquitectura patrimoniales, por la progresiva destrucción del espacio público, de la merma de la calidad ambiental y consecuentemente, de vida del venezolano. Asimismo, esta inquietud incluye la ausencia de planes urbanos actualizados y factibles, la inobservancia de los pocos existentes, el proceso de crecimiento descontrolado de áreas urbanas de baja y de alta densidad, en zonas vulnerables, a los que no se les ha dotado de servicios básicos. En fin, se trata de una recurrente situación en el acontecer en donde no se avizoran cambios favorables.

Particularizando, hacemos un llamado al merecido respeto que corresponde a los bienes arquitectónicos que están en nuestras ciudades y pueblos, a aquellos que están siendo modificados de manera desconsiderada, atropellante, en su esencia, vandalizados y hasta destruidos.

Lamentamos profundamente intervenciones que se han realizado en obras simbólicas y de importancia, así como también el desempeño de colegas que se han prestado para la realización de tales atropellos.  Por ello, hacemos un urgente llamado a los organismos que les corresponde el control de las actividades arquitectónicas y urbanísticas, a velar por que dichas actuaciones sean coherentes, que no colidan con la ética ni con los instrumentos legales vigentes que rigen la materia.

Dada la situación actual, urge hacer esfuerzos por la restauración y conservación del patrimonio arquitectónico. La valoración justa de la obra y su contexto es más que necesaria, es indispensable. Ya basta de tanta desconsideración, destrucción, irrespeto.

De más está decir que en Venezuela tenemos actualmente reconocidos maestros y especialistas que bien pueden orientar sobre esta especialidad importantísima: la conservación y hasta de las modificaciones que puedan requerirse en la obra de arquitectura. Con toda seguridad, estamos seguros de que colegas especialistas antepondrán su mejor empeño y disposición para proteger la integridad y calidad de obras que son símbolos y, por tanto forman parte de la memoria de los venezolanos.

¿Es necesario restaurar, modificar, adecuar o reciclar una obra de arquitectura de valor? Pues el deber, lo lógico y hasta legal (en atención a la legislación vigente sobre derecho de autor), es llamar al autor (arquitecto) que la diseñó y contratar sus aportes; y en caso de tratarse de una obra antigua o en el caso que el arquitecto haya fallecido, pues convocar a los especialistas. Nos referimos a que se realicen trabajos de calidad, de respeto, por expertos.

Esta preocupación que motiva la presente, ha sido ampliamente debatida y difundida en el CAV reiteradamente en diferentes conversatorios, foros, conferencias, con invitados destacados, nacionales e internacionales. Entre otros mencionamos a colegas participantes de reconocida trayectoria, como Marco Negrón, Oscar Olinto Camacho, Alfredo Cilento, Oscar Tenreiro, Mercedes Marrero, Mia Lehrer, Domingo Acosta, Martha Fajardo, Roberto Ameneiro, Carlos Gómez de Llarena, entre otros.

Lamentablemente saltan a la vista frecuentes “adecuaciones” que se han realizado o están en plena ejecutoria, de edificaciones patrimoniales realizadas por notables arquitectos y que han sido premiadas o declaradas como patrimonio por instituciones oficiales, nacionales e internacionales. Solo por nombrar algunos casos: las Torres de El Silencio (de Cipriano Domínguez, con la colaboración de Tony Manrique de Lara y José Joaquín Álvarez), Parque Central (de Henrique Siso Maury y Daniel Fernández-Shaw), la Aduana de Puerto Cabello (de Julián Ferris), el edificio de Seguros Orinoco (de José Miguel Galia), la sede del Ateneo de Caracas (de Gustavo Legórburu), el Parque del Este (de Roberto Burle Marx con la colaboración de Fernando Tábora y John Stoddart), el edificio El Universal (de Francisco Pimentel, Bernardo Borges y George Wilkie) y la Torre La Previsora (de Francisco Pimentel, Bernardo Borges y Pablo Lasala).

En estos momentos de la historia que compartimos, hacemos un llamado a la reflexión, a la necesidad de trascender como quienes procuramos la conservación y protección del patrimonio arquitectónico nacional. Aportemos a la justa valoración de símbolos baluartes de arquitectura, al respeto y reconocimiento de nuestros maestros y sus legados.

Finalmente, ahondando más en el tema aquí expuesto, vale la pena difundir el comunicado del Dr. Académico Arq. Francisco Pimentel Malaussena, relativa a su justificada preocupación ante el progresivo deterioro ecológico, la destrucción ambiental, la ausencia de planes urbanos, el incumplimiento de los pocos existentes y aplicables y el irrespeto y atropello en contra de dos obras de arquitectura de reconocido valor de su autoría. Seguidamente difundimos el texto completo de la referida comunicación en las redes institucionales del CAV y exhortamos a todos los colegas, instituciones y autoridades a su obligatoria lectura y actuar en consecuencia.

Junta Directiva Nacional del Colegio de Arquitectos de Venezuela

Caracas, 23 de marzo de 2023

Puede encontrar este documento  y la carta referida del Arq. Francisco Pimentel en el siguiente enlace:

https://drive.google.com/drive/folders/1Ud5fak5pNfaxfgf2qv6ntZg61nDtDuSu?usp=sharing