El miércoles 30 de octubre, se realizó un sentido homenaje al distinguido Dr. Arq. Francisco Pimentel Malaussena por su trayectoria de vida y obra. El acto se realizó en los espacios de Cines Unidos, en el Millenium Mall, Caracas.
El acto contó con la lectura del veredicto del Gran Premio Nacional XIV Bienal Venezolana de Arquitectura, por parte de la presidente CAV, Dra. Arq. Marianella Genatios. En la evaluación de los proyectos, realizada en julio de este año, el jurado reconoció el valor y aporte arquitectónico del Edificio Parque Profesional del Este, proyecto desarrollado por el colega Francisco Pimentel. Cabe destacar que el homenajeado obtuvo por segunda vez, la distinción de ganar el Premio Nacional Bienal de Arquitectura.
La Dra. Genatios también refirió la distinción dada por el CAV al Dr. Pimentel el año pasado con la creación de la Orden a la Excelencia Académica Dr. Arq. Francisco Pimentel Malaussena, la cual distingue el valor del desempeño académico de los estudiantes egresados de la carrera de Arquitectura de las distintas casas de estudio del país.
El acto contó con la presentación de un video documental elaborado para la ocasión, donde distintos colegas, entre familiares, asociados, exalumnos y colaboradores, celebraron su vida y obra en proyectos, momentos y anécdotas.
El acto también contó con una retrospectiva fotográfica de algunas de los proyectos de la extensa obra construida y proyectada del homenajeado.
Desde el Colegio de Arquitectos de Venezuela, reiteramos nuestras felicitaciones por la merecida conmemoración de su vida y obra.
A continuación, las palabras del Dr. Arq. Francisco Pimentel Malaussena:
MISIÓN Y TAREA DEL ARQUITECTO
EN LA SOCIEDADCONTEMPORÁNEA
BUSQUEDA Y ENCUENTRO
MI CAMINO
Homenaje al Académico Dr. Arq. Francisco Pimentel Malaussena
Muy apreciados docentes y colegas, queridos familiares y amigos todos:
Mi primera palabra quiere ser expresión de solidaridad y agradecimiento, a los organizadores de este sentido homenaje de reconocimiento, que me permite compartir con ustedes algunos espacios del recorrido del largo camino de mi trayectoria profesional, comprometida con la docencia, el gremio, el sector público y el sector privado, fuerte compromiso que nos dejaron los fundadores de la Sociedad Venezolana de Arquitectos y nuestro Maestro el Arq. Carlos Raúl Villanueva, como misión y tarea.
Ante las urgencias y prioridades de nuestra sociedad, este encuentro es propicio para reafirmar nuestro compromiso en el fortalecimiento de sus instituciones en nuestro campo concreto y la necesidad de reforzar los conceptos de arquitectura, urbanismo y democracia , que deben ir de la mano, ante la débil conciencia del equilibrio entre hábitat y democracia y el deber de actuar frente a la urgente atención de algunos importantes proyectos estructurales para la ciudad actualmente paralizados y sus organismos de planificación urbana.
Debemos ofrecer en nuestra actividad docente y profesional criterios de juicio y directrices prácticas, que afiancen la conciencia social de nuestros jóvenes estudiantes y profesionales, que se traduzca en un compromiso a estar presentes, con creatividad intelectual, en la concreción de estas necesidades y en el empeño por edificar el conjunto de aquellas condiciones urbanas, ecológicas y de sostenibilidad en las cuales las comunidades puedan lograr una mayor plenitud, insistiendo en la necesidad de promover una seria investigación abierta a nuevos horizontes y que contribuya con eficacia a la creación de un ambiente urbano que responda a las exigencias de una arquitectura y ciudades sostenibles y las del urgente cambio climático.
Este sentido agradecimiento no es un simple acto protocolar. Con especial afecto hago presente un cálido recuerdo del esforzado grupo de arquitectos, fundadores en 1941 de la primera Escuela de Arquitectura en el país, adscrita a la Facultad de la Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad Central de Venezuela, actual Facultad de Ingeniería, siendo su primer Director el Arq. Luis Malaussena
En 1953, año en que comencé mis estudios de Arquitectura, por Resolución Rectoral, la Escuela de Arquitectura se independiza de la Facultad de Ingeniería y es elevada a Facultad de Arquitectura, siendo su primer decano el Ing. Arq. Willy Ossott, impulsando, con un destacado equipo docente, el pensum de estudios y las bases sólidas de formación de los valores académicos, profesionales, éticos y morales que fundamentan nuestra vocación profesional de servicio a la sociedad venezolana.
Graduado en Julio de 1957, de la mano del Arq. Villanueva en 1958 entre a la Docencia en la Facultad de Arquitectura de la UCV y de su mano, como Presidente del Jurado, recibí en 1971, en un acto muy emotivo alumno – profesor el Premio Nacional de Arquitectura por el Edificio El Universal, primer arquitecto en recibirlo que cursó todos sus estudios en la Facultad de Arquitectura de la UCV, juntamente con mis compañeros el Arq. Bernardo Borges y el Urb. Arq. Georges Wilkie, ambos tempranamente fallecidos.
En palabras del Magister en Arquitectura y docente Iván González Viso, “El Universal fue definido por William Niño Araque como «un tesoro de la arquitectura venezolana del siglo XX».
Este encuentro es para mí nuevamente, oportunidad de acercarme al pensamiento y compromiso de nuestro Maestro Carlos Raúl Villanueva y a su entrega a la arquitectura y la docencia. Es escucha y es silencio, es llegar a su corazón de arquitecto, urbanista y docente, ejemplar servidor público, ciudadano y amigo cercano. Es acompañarlo en su vida de entrega y de servicio, vida de búsqueda y encuentro con la arquitectura, el urbanismo y el arte, y especialmente con su pensamiento y su clara concepción de la arquitectura.
En mi trayectoria profesional, me he esforzado en hacer vida y acción al siempre actual y fuerte testimonio de mi profesor, el Maestro Arquitecto Carlos Raúl Villanueva, quien, con su vida, su palabra y su obra, definió la arquitectura como Acto Social por excelencia, arte utilitario, como proyección de la vida misma, ligada a problemas económicos y sociales y no únicamente a normas estéticas. Él marca esta intervención.
“¿Dónde está el Norte?” Pregunta frecuente de Villanueva a sus alumnos en las correcciones, que, en un libro del Académico Dr. Arq. Marco Negrón sobre la Ciudad y la Arquitectura, recoge una reflexión del Dr. Juan Pedro Posani, en cuanto a conocer bien el significado de la pregunta en la relación de la arquitectura, con las vistas, orientación, topografía, geografía, con la tierra y el clima.
En las actuales circunstancias del país y de la educación, hoy y aquí, siempre presente en nuestra formación, renuevo la pegunta de Villanueva desde nuestra actual realidad ¿Dónde está el Norte? No el norte geográfico en nuestros proyectos, sino el Norte de nuestros sistemas educativos y de nuestras universidades, para una formación de calidad. El Norte de nuestro ejercicio docente y profesional ético y moral, y de un honesto y eficiente servicio público y una decidida entrega a nuestras comunidades, a sus ciudadanos, a nuestras ciudades y al país.
Con estas palabras pretendo proporcionar un encuadre adecuado a una serena reflexión sobre la necesidad de renovar el compromiso, los esquemas y actitudes que actualmente configuran nuestra presencia y acción en la sociedad, desde el conjunto de esas realidades sociales y las propias exigencias de una sociedad verdaderamente democrática, ante los cambios insospechados en las costumbres y en los mismos valores que forman parte de la convivencia humana.
Vivimos una larga historia de la libertad humana, de participación libre del hombre. Con esa libertad el hombre toma posturas ante el futuro. Unos esperan pasivamente que el futuro se haga presente y se convierta en pasado. Van arrastrando la vida. Otros se despreocupan del futuro del país y piensan egoístamente en su propio futuro. Y otros pensamos y sentimos la necesidad de construir comunitariamente una nueva sociedad y un nuevo país. Esa es la postura digna y la invitación de esta reflexión en la etapa final de mi camino.
El profesional no es un ser terminado, sino que se va haciendo integralmente a partir de ciertos valores que descubre y que le atraen. Sembrados productivamente en nuestra sociedad somos una clara luz de esperanza si establecemos con ella una decidida acción. Esto es particularmente significativo en el actual momento, en el cual debemos expresar con fuerza el vivir coherentemente nuestro ser y nuestro actuar profesional, con sentido de responsabilidad ante la historia. Coherencia entre lo que nos enseñaron y enseñamos en nuestras aulas y la vida personal, familiar y social.
Muchas veces trato de detectar las huellas dejadas por Villanueva, mis profesores y colegas, para descubrir y construir mi propio camino, no para recorrerlo solo, egoístamente, sino para invitar a otros a recorrerlo juntos, en el ejercicio profesional, en la docencia, en el servicio público y privado, en el gremio, y especialmente en la construcción de una sociedad en democracia y en libertad.Ha sido muy acertada la decisión de la Facultad, durante la gestión del decano Azier Calvo, distinguir a nuestra Escuela como: Escuela de Arquitectura Carlos Raúl Villanueva.
Asumí mi vocación docente como la hermosa tarea de ayudar a nuestros jóvenes a descubrir su proyecto de vida, a entender que su vocación profesional no es algo hecho, estático, sino algo dinámico, que se edifica día a día; que es tarea que realizar en y puertas afuera de la universidad. Ayudarlos a descubrir su proyecto de vida, su compromiso consigo mismo y con la sociedad, eso es educar y no simplemente trasmitir conocimientos.
Con muchos de ellos he tenido la experiencia de acompañarlos, no sólo como profesor en su formación universitaria, sino en su ejercicio profesional, en el día a día en nuestra propia oficina. Ha sido la oportunidad de ser facilitador para que pudieran desarrollar y liberar la arquitectura que fuertemente estaba germinando en ellos. No puedo dejar de reconocer lo que a su vez recibí de ellos, como estudiantes y luego como arquitectos. Hoy son profesionales y profesores universitarios de necesaria referencia y aprecio
Este año, juntamente con el Arq, Oscar Capiello y el Arq. Gustavo Luis Legorburu, recibimos el Premio Nacional XIV Bienal Venezolana de Arquitectura del Colegio de Arquitectos de Venezuela, por el Edificio Parque Profesional del Este.
Anteriormente había recibido de la Rectora de la Universidad Central de Venezuela, la Dra. Cecilia García Arocha, en emocionante acto protocolar en los espacios de nuestra Facultad, a las notas del himno universitario, el honroso Doctorado Honoris Causa de la Universidad Central de Venezuela. Me acompaña hoy en este encuentro mi muy apreciado padrino en ese acto, nuestro exdecano el Arq. Dr. Azier Calvo. y el muy apreciado exdecano de la FAU UCV, el Arq. Gustavo Izaguirre Luna, así como El Arq. Henrique Vera exdirector de la Escuela de Arquitectura y presidente de la Fundación Arquitectura y Ciudad.
Posteriormente, en un honroso acto protocolar la honorable Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat, me designo Miembro Honorario. El discurso de presentación estuvo a cargo de mi muy apreciado compañero el Académico Dr. Arq. Alfredo Cilento Sarli y el sólido discurso de incorporación como Miembro Honorario, a cargo del Presidente de la Academia, el Ingeniero Dr. Eduardo Buroz. En este tiempo de mi camino, mucho he recibido de nuestra apreciada Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat, que me impulsa a continuar activo en este camino y en esta búsqueda y encuentro.
Como arquitecto y docente, algunos pueden esperar que aproveche esta importante oportunidad, para comentar tendencias o pretender dictar cátedra sobre la arquitectura contemporánea, y sus perspectivas inmediatas y futuras ante el avance de la Inteligencia Artificial o un serio análisis crítico a las actuales políticas públicas relacionadas con el desarrollo urbano y el hábitat en el país, como la llamada Misión Vivienda o Caracas Bella, o el diseño de los últimos “llamados monumentos” nacionales, o el inconsulto cambio de nuestros símbolos y de nuestra historia, tratando de borrar de un plumazo al eminente universitario el Dr. José María Vargas, cambiando de nombre al Estado Vargas por Estado La Guaira.
Como señalé, he preferido limitar esta intervención a breves comentarios de nuestras obras que tendrán la oportunidad de apreciar en la exposición preparada con esmero para este acto, y plantear con énfasis el marco de referencia de nuestra responsabilidad en el desarrollo ético del proceso urbano, educativo y profesional, en el escenario actual del país. Estamos llamados a mantener el aliento ético en nuestra sociedad, que nos dió una formación hacia la búsqueda permanente del Bien Común.
El Bien Común de un ser social se presenta como el conjunto dinámico, organizado, armónico y jerarquizado de recursos, servicios, potencialidades técnicas y culturales que interesan a una sociedad que decidió libremente vivir en democracia y en libertad, como expresión de solidaridad.
La sociedad nos está exigiendo respuestas concretas en el campo de las concentraciones urbanas, de estructurar y hacer ciudad, del espacio público, de la marginalidad, la vivienda y los servicios con una nueva visión de nuestro compromiso profesional y social con el país.
En una sociedad democrática, es deber del Estado respetar, defender y promover los derechos de las personas, de las familias, de las instituciones, por encima de grupos o partidos. Frente a estas situaciones se impone necesariamente una formación ética para el ejercicio profesional y la vida en democracia, que habilite para el juicio crítico y la participación.
Ante la actual situación del sistema educativo a nivel nacional y las fuertes limitaciones presupuestarias, estamos convencidos de la urgencia a nivel nacional de un magisterio auténtico y una educación de calidad, que se manifieste en un liderazgo moral al servicio de la persona y la comunidad y no de un grupo o tendencia política.
Es de destacar la necesidad de una toma de conciencia más crítica del grave problema habitacional y de las áreas deprimidas, y nuestro compromiso por concretar soluciones y los instrumentos más adecuados, ciudades eficientes, y políticas públicas eficaces en la realidad actual.
Solo la investigación puede contribuir con eficacia, a la creación de un ambiente urbano que responda a las exigencias humanas. La arquitectura en sus intimas relaciones con el urbanismo y la ordenación del territorio, exige una investigación desde su propia realidad, lo cual requiere de personal y recursos financieros y de un Estado que entienda la necesidad de esta y de proveer suficientes recursos. En nuestra Facultad hay meritorios testimonios de entrega a la investigación.
Como recientemente resaltó en declaraciones públicas y claros comunicados la exrectora de la UCV, la Doctora Cecilia García Arocha, la presente crisis de nuestras universidades, sometidas a una grave asfixia económica, genera en algunos docentes escaso entusiasmo por su actualización académica o permanencia, que estamos presenciando ante la notable diáspora de docentes, técnicos, profesionales y estudiantes, con un notable declive de la matricula ante la ausencia de claros horizontes para su realización y una notable deficiencia en la formación de los actuales bachilleres que acceden a la educación superior, que requieren de cursos de nivelación a su ingreso, como una carga más a nuestras universidades con reducidas posibilidades de permanencia o ingreso del estudiantado, ante la realidad de esta situación educacional y económica, y las cada vez más limitadas becas estudiantiles.
Según información pública, es notable el deficitario presupuesto previsto por el Ministerio de Educación Universitaria para las universidades, del ya muy deficitario en el 2023 de $837 millones, ha sido rebajado este año 2024 a $533 millones, menos del 3% de los requerido por nuestras autoridades universitarias a nivel nacional. Sin comentarios.
En las actuales circunstancias, esto nos exige una actitud solidaria y atenta frente a la notable diáspora de profesionales, docentes, técnicos, obreros, jóvenes y familias. En reciente declaración el Rector de la UCV Dr. Víctor Rago, señaló la notable disminución de docentes en esa institución en las últimas décadas, pasó de 50.000 docentes e investigadores a los actuales 20.000 docentes y destacó la actual difícil situación del personal universitario y de los jubilados. con sueldos realmente miserables.
Ante esto, es justo nuevamente resaltar el testimonio activo de muchas autoridades universitarias, directivos y docentes e investigativo y del personal administrativo y obrero que, en medio de estas fuertes condiciones, mantienen una generosa entrega a la educación universitaria, a la excelencia académica y al país.
La formación ética personal y profesional, es un proceso de corresponsabilidad entre los distintos agentes que intervienen en su formación. Se inicia en el hogar, en la familia, su primer docente, formador de valores y virtudes y célula fundamental de la estructura social democrática; y testimonialmente en los años de la formación formal con los distintos agentes que intervienen en este proceso, y no simplemente como un tema más previsto en algunas horas de algún obsoleto pensum, situación superada en nuestra Facultad con actualizados programas.
Como manifestó el R.P. Ugalde, desde su larga experiencia docente y como exrector de la UCAB, nos enfrentamos hoy a un país en diferentes etapas de su desarrollo, donde las relaciones sociales y económicas están exigiendo ampliar el cuadro de la ética y el ejercicio profesional, hacia nuevas direcciones y nuevos compromisos, que el actual veloz desarrollo de la investigación técnica, científica y social nos exige desde nuestra propia realidad nacional, como ciudadanos y como gremio, y al gobierno nacional y nuestras universidades la grave responsabilidad de dar respuesta a estas nuevas demandas investigativas y docentes, con pensa e instalaciones de avanzada, y justos recursos presupuestarios y salariales a todo su personal.
Somos corresponsables del futuro de nuestro Hábitat, de nuestras comunidades y ciudades, algunas mal gestionadas, con gran debilidad en sus estructuras de gobierno, planificación, ejecución y gobernanza, sin políticas ni planes coherentes y con pérdida de identidad y del sentido de pertenencia de la comunidad en que se inserta.
En la hora presente en Venezuela, vivimos momentos en que se nos plantea la necesidad de interrogarnos y no simplemente vivir con las respuestas que ya teníamos, sino a estar dispuestos a dar nuevas respuestas, tanto en el ámbito privado como el colectivo, siendo fieles a la herencia que nos dejó esa generación de fundadores y docentes, que hoy hacemos presentes en nuestros afectos y agradecimiento.
Estos últimos años, el verdadero valor de la libertad política no ha sido debidamente acompañado de la enseñanza y ejercicio de los valores del trabajo, del desarrollo económico sustentable, de una actualizada tecnología que aumente la productividad, de una administración honesta, del mejoramiento de la familia, del aprecio a la vida y el crecimiento cultural, en síntesis, del verdadero progreso del venezolano.
El mundo está experimentando crisis simultáneas sin precedentes: sanitarias, ambientales, climáticas, financieras y especialmente crisis sociales, pandemias y muy cruentas guerras, todo lo cual nos exige considerar nuevos parámetros y nuevas soluciones y sobre todo un activo compromiso con los derechos humanos, la paz y la justicia.
Las nuevas relaciones sociales y económicas, el muy veloz desarrollo tecnológico y científico, la metodología digital BIM, los rápidos avances de la Inteligencia Artificial, y la racionalidad moderna en pro de un desarrollo sostenible, están exigiendo ampliar el cuadro de la ética profesional hacia nuevas direcciones y nuevos problemas, en el campo de la educación y la investigación técnica, científica, social y cultural, aspectos que deben ser contemplados y actualizados en nuestro actual Código de Ética Profesional y fundamentalmente en los pensa de nuestras Facultades, especialmente en materias de nuestra competencia, el respeto ético frente al diseño arquitectónico, a los actos que regulan el desarrollo urbano, proteger el medio ambiente y las urgentes exigencias de sostenibilidad y del cambio climático y ambiental.
Esta tarea es cada vez más una tarea de equipo, en nuestras universidades, en el servicio público y en el privado y en el gremio, actitud que Villanueva resaltaba en la insistencia metódica de Walter Gropius en las virtudes del trabajo en equipo, desde nuestras aulas a nuestras oficinas y empresas.
Desde estas líneas de servicio profesional ético a la sociedad, animo a los colegas y estudiantes de arquitectura, futuros arquitectos y urbanistas, para que como profesionales y como ciudadanos, asumamos con creatividad y firmeza las iniciativas para una mejor sociedad, un mejor hábitat de nuestras ciudades y empleos dignos y no simplemente un país de mantenidos y carnetizados esperando un bono o una escasa bolsa.
Es notable el irrespeto a las edificaciones de nuestras ciudades por algunos promotores, profesionales y constructores, con vista solamente a objetivos simplemente comerciales con una brutal propaganda de afiches comerciales de grandes dimensiones en nuestras vialidades, fachadas y techos de las edificaciones, agrediendo las perspectivas y el paisaje urbano, su arquitectura, conceptos y criterios de diseño.
Muy apreciados colegas, con sincero dolor vemos como a veces profesionales de firme trayectoria, desde organismos públicos o en el ejercicio privado de la profesión, ante la fuerza del poder político o la tentación de atractivos contratos e indebidos ingresos, perdieron la conciencia de su responsabilidad y fidelidad moral y ética ante su familia, sus profesores, el gremio, la sociedad y el país.
No podemos seguir callados y ciegos ante la pérdida progresiva y el violento proceso de ocupación y agresión a la arquitectura y al espacio público, como recientemente ha sucedido, con una grave falta de ética profesional, en diversos sectores de nuestras ciudades, y a varias obras de nuestra propia oficina de arquitectura, Premios Nacionales de Arquitectura, de la Cámara Nacional de la Construcción y Patrimonio Cultural y Arquitectónico del país, principalmente el Edificio El Universal, La Previsora, el Edificio Santa María y el Edificio Británica. La denuncia se presentó hace meses ante el Tribunal Disciplinario del CIV, la Alcaldía y la Dirección de Control Urbano y demás organismos competentes y aún no hemos recibido respuesta alguna, omo establece la Ley de Ejercicio profesional y nuestro Código de Ética Profesional.
En este encuentro no he pretendido sentar cátedra ni entrar en simples recriminaciones a actuales situaciones, sino a coadyuvar a lanzar un puente ético entre el noble ejercicio de la arquitectura y el urbanismo y el ethos de una sociedad que optó por realizarse en democracia y en libertad.
Es de destacar que ante la actual situación del país y el urgente problema habitacional y de servicios, no bastan confusas o aisladas e inadecuadas medidas económicas, algunas altamente contradictorias y restrictivas al necesario desarrollo empresarial e inmobiliario público y privado, como son las impuestas al sistema crediticio bancario, con fuertes restricciones y limitaciones al oportuno y suficiente crédito bancario y financiamiento para la adquisición y ejecución de programas habitacionales, especialmente a la actividad privada y a la clase media, acompañada de una fuerte hiperinflación y la ausencia de un claro piso jurídico, lo que ha conducido a una muy grave paralización del sector construcción.
Según datos directos de las Federaciones de Trabajadores y de la Cámara Nacional de la Construcción, en las últimas tres décadas, pasamos de más de 1.700.000 obreros y personal técnico en la industria de la construcción, a casi 40.000. Muchos de ellos han tenido que emigrar del país en muy duras condiciones y circunstancias, hoy mano de obra técnica y profesional, que impulsa el desarrollo y actividad de empresas exitosas en países vecinos, como la industria petrolera. Este es un índice gravísimo que actualmente expresa directamente la fuerte afectación a nuestro ejercicio profesional y al país consecuentemente. Según la Cámara Inmobiliaria, problemas semejantes se presentan actualmente en algunos Registros Públicos en el otorgamiento y cobro de trámites inmobiliarios. Igualmente es de destacar los altos costos de las tarifas de los servicios públicos y la muy notable ineficiencia en su prestación.
En el momento actual del país, estoy convencido que no basta señalar problemas sin líneas de acción. Las extensas áreas deprimidas en nuestras ciudades se nos presentan como la negación del bien común. Esto exige un importante reto profesional y ético a los arquitectos, urbanistas, sociólogos, economistas, educadores y en general a la clase dirigente.
No pretendo hacer un ensayo sobre la teoría política de la democracia. La hora presente es la hora de los jóvenes, nunca quizás como en este periodo de la historia la vida social la juventud ha tenido una misión más decisiva que cumplir. Es el llamado a la urgente tarea de edificar un país en democracia y en libertad sobre valores éticos y morales y una gobernanza y honesta eficiencia administrativa, en un país que ha sido gobernado muchas veces no por sus mejores ciudadanos, sino por los más audaces y para su propio beneficio.
Apreciados colegas y amigos. Somos ciertamente portavoces de una autentica mentalidad y visión de cambio, tenemos un sueño. Son respecto al pasado, la actualidad, respecto al porvenir, los innovadores, la esperanza, en la construcción de una nueva sociedad para hacer posible una vida cónsona con la dignidad, que permita a todos su realización como personas, y no una sociedad de mantenidos y pedigüeños o integrantes de la presente diáspora en legitima búsqueda de mejores condiciones y un claro futuro.
Este llamado lo hago sobre una base ideológica, que no se agota en círculos puros de pensamiento, sino que, ante las hipocresías convencionales, la falta de autenticidad, el divorcio entre pensamiento y vida y anti-testimonio de algunos dirigentes y políticos, que dificulta en alto grado un verdadero proceso de formación para la vida en comunidad, debemos encarnar un compromiso y acciones, a partir de nuestra propia vocación, en una relación no de lejanía sino de búsqueda y encuentro. No de islas sino de continente. De tu encuentro vital con tu vocación personal y social. Vocación es llamada y respuesta, un destino, un futuro que debe realizarse en el hoy, pero siempre con apertura hacia el mañana.
En ningún caso estas palabras no pretenden establecer una simple polémica política o profesional, ni estéril controversia. Su intención se enraíza en mi experiencia de una larga trayectoria docente, profesional, gremial y de servicio público y privado, y en mi necesidad sentida como profesional y docente de un cambio profundo de actitudes, hacia dentro y hacia fuera, que permita incrementar el desarrollo creativo de nuestro actuar y de servicio a la comunidad como arquitectos, urbanistas y nuevos guardianes de nuestras ciudades y comunidades, ante la urgente tarea de expresarlo como elemento dinamizador de nuestro hábitat y de una sociedad más humana impregnada de verdaderos valores trascendentes, en democracia y en libertad.
Como recientemente denunciaba la UCAB, me permito insistir en la necesidad y la obligación de un fuerte llamado a la urgente revisión de todo nuestro sistema educativo en grave crisis, produciendo bachilleres con muy deficientes conocimientos y rendimiento al ingresar al sistema universitario, con gran abandono e incertidumbre, que lleva a una reducción notable de las matrículas y especialmente el gravísimo déficit de docentes capacitados, lamentablemente suplidos en algunos casos por inexpertos suplentes improvisados o eliminado días de clase o materias. Ese no es el Norte.
Este urgente llamado de servicio a la sociedad, no se refiere sólo al compromiso personal, individualizado, sino que alcanza igualmente las formas asociadas de nuestras sociedades profesionales, y nuestras universidades, con urgencia, entrega, testimonio y responsabilidad.
Estoy convencido de que, a pesar de la numerosa emigración de profesionales y técnicos, el país aún cuenta con valiosos recursos humanos, profesionales de cuarto nivel, bien formados, y con jóvenes con un fuerte compromiso, con capacidad de propuesta y ejecución en la búsqueda y encuentro de una obra arquitectónica de calidad, ciudades más humanas y un nuevo país, eso es civilización.
No puedo finalizar estas sentidas palabras sin que con gran afecto expresar un muy cercano recuerdo del Arq. Bernardo Borges, compañero de estudios, en la docencia, y socio en nuestra oficina de arquitectura y compañero de camino por más de 30 años y del muy apreciado Arq. Pablo Lasala, excelente arquitecto y amigo, y ex decano de la FAU UCV, Premios Nacionales de Arquitectura y en el servicio público a extraordinarias personas, universitarios y arquitectos, muy tempranamente fallecidos, con quienes mantuvimos un gran activo sentido de equipo profesional y sincera amistad y entrega especialmente en el sismo de Caracas.
En estos últimos treinta años, hemos desarrollado una muy activa y extensa relación profesional por más de treinta años con mi muy querido yerno, competente arquitecto y socio fundador en PC ARQUITECTOS, el Arq, Oscar Capiello Llamozas, Premio Nacional de Arquitectura, juntamente, con nuestro apreciado equipo profesional y el reciente asociado, Arq. Gustavo Luis Legórburu.
Me acompaña la memoria activa de los valiosos arquitectos, y amigos Beltrán Alfaro y Johny Toro tempranamente fallecidos; y de los muy apreciados arquitecto y compañeros de camino, Jacobo Koifman, Edwing Otero, Luis Alemán, Gabriel Heredia, Inmaculada León, Mariana Jauregui, Julieta y Francisco Scannone y muchos otros muchos profesionales, estudiantes y pasantes que sería largo de enumerar, pero que siempre permanecen muy cercanos en nuestros afectos en esta compleja pero apasionante profesión.
Estoy convencido de que, a pesar de la numerosa emigración de profesionales y técnicos, el país aún cuenta con valiosos recursos humanos, profesionales de cuarto nivel, bien formados, y con jóvenes con un fuerte compromiso, con capacidad de propuesta y ejecución en la búsqueda y encuentro de una obra arquitectónica de calidad, ciudades más humanas y un nuevo país, eso es civilización.
Muy apreciados colegas, estudiantes y amigos todos:
Esta Venezuela tiene un futuro que hacemos presente. Y es posible, y si es posible entonces es una obligación ética, no solo personal, sino colectiva, como gremio, como ciudadanos, con una fuerte voluntad de hacer comunidades, ciudades y un Hábitat más habitable y feliz. Ese es nuestro compromiso con Villanueva y el país, como vocación y tarea, y es posible y si es posible es una obligación ética.
Muchísimas gracias por acompañarme animosamente en este encuentro y permitirme compartir a mis 90 años, mi agradecido amor y aprecio por mi muy querida familia, por los organizadores de este homenaje, a mis compañeros de ruta en la oficina y en la docencia, a mi Alma Mater y mis sueños de un país en democracia y en libertad. Adelante !!!!!!
Encontrar el discurso completo descargable del Dr. Francisco Pimentel Malaussena en el siguiente enlace:
https://drive.google.com/file/d/1qwmKlhLH7gb6DbqqfMFmc3AGSXB6a8xF/view?usp=sharing



